viernes, 4 de abril de 2014

VALENCIA: "Tesoros ocultos que valen un MUSEO" hasta 25 MAYO


Tesoros ocultos que valen un museo

El MuVIM sintetiza en 122 pinturas y 147 documentos el patrimonio provincial reunido en 200 años

04.04.2014 | 05:30
Tesoros ocultos que valen un museo
El MuVIM es desde ayer y hasta el 25 de mayo un museo canónico. No uno social ni interactivo o cibernético, sino un museo como los de siempre (hijos del siglo XIX), que expone una colección tan heterodoxa como interesante y llena de curiosidades, cuyo hilo conductor es la propiedad de todos los objetos y pinturas: la Diputación de Valencia, responsable del recinto, que ha ido acumulando durante 200 años todo el patrimonio, y más, que ahora desempolva.

La selección engloba 147 documentos dispuestos en la sala de recepción del MuVIM y 122 pinturas y dibujos (85 y 37, respectivamente), que llenan las salas Alfons Roig y Parpalló. Los comisarios han tenido que escoger entre las cerca de 3.000 obras de arte que componen el fondo pictórico de la corporación y las 75.000 cajas con documentos, pergaminos, carteles o fotografías del Archivo Provincial.
  • Un sorolla, y no uno cualquiera, abre la muestra del patrimonio pictóricoPescadoras valencianas, de 1903, adquirido en 1979 por la diputación por 24,5 millones de pesetas (algo más de 147.000 euros) en la otra exposición, la de documentos, se puede ver el contrato en subasta en Sotheby's Londres, y no sin polémica entonces, por la inversión e incluso por su autoría, de la que hoy no existen dudas. El comisario de esta exhibición, el dibujante Vicente Colom, subrayaba ayer que hoy valdría de dos a tres millones de euros.
El lienzo de Sorolla es uno de los que ha salido de un despacho principal, el del presidente de la Generalitat, donde está desde poco después de su compra.
Precisamente, otro de los sorollas principales de la muestra, un velazqueño Desnudo femenino rareza en la producción del ilustre valenciano se ha sacado del despacho del presidente de la diputación.
El famoso lienzo de Sorolla sobre El crit del Palleter y otras obras de academia dan fe del pensionado en Roma que la corporación provincial pagó al artista.

  • Ignacio Pinazo gozó del mismo privilegio y, por ello, es otro de los reyes en la colección. Su cuadro histórico sobre Jaume I ha sido extraído del salón de plenos de la diputación. Entre otros, en la misma línea histórica, también se puede ver El desembarco de Francisco I en el puerto de Valencia. Y, más moderno, El guardavías, propiedad provincial pero depositado en el Museo de Bellas Artes de Valencia, de donde ha salido ahora.

Los mismo sucede con una Virgen de la Misericordia, de gran formato, de Vicente López, y unaCrucifixión de Francisco Ribalta, rescatados del San Pío V.

Domingo Marqués, Ribera Belenguer, Amadeo Roca, Lozano o Cillero son otros nombres destacados en la sala Alfons Roig, dedicada al figurativismo y que, con la excepción de unos cuadros de 1980, llega hasta 1960. Colom ha querido, no obstante, reivindicar en esta parte a algunos valencianos olvidados, como Agustín Albalat, cuya obra ensalzó y que, literalmente, «murió de hambre».

El pop-art valenciano y la abstracción brillan en la Parpalló. Los Crónica El intruso recuperado hace unos años del despacho de un conseller y Escuela de París (¡estaba en los almacenes de la corporación!) sobresalen al lado de obras de Heras, Equipo Realidad, Boix, Armengol, Michavila, Yturralde, Teixidor, Calvo, Genovés, Anzo e incluso un pequeño gouache de Joan Miró comprado en una subasta benéfica.
Según Colom, la exposición daría para «montar un museo» y los fondos, para dos o tres muestras más. Estas se harán, avanzaron las diputadas Carlota Navarro y María Jesús Puchalt.

Por otra parte, la exhibición del patrimonio documental es una invitación a descubrir curiosidades del pasado, desde manuscritos con la firma de Jaume I (1265), carteles fascistas, fotos de Sorolla o Benlliure, las normas para un baile de máscaras en la Lonja en 1835 y proyectos arquitectónicos frustrados (como el hotel-teatro Principal) a una rareza como la concordia de 1511 entre Enrique VIII de Inglaterra y Fernando el Católico. Para perderse durante horas.

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